Con una larga tradición de viticultores desde 1448, las cuatro familias que forman parte del proyecto Vins El Cep han compartido, de manera paradójica y continua durante cinco siglos, un paisaje de viñas que juntos han caligrafiado con respeto al lugar.
De esta manera, con autenticidad y una fuerza imaginaria que se percibe en sus historias, han luchado por salvaguardar sus viñas con la idea de construir un vino único, aquel que represente un lugar especial que la invasión de la industrialización quiere destruir.
Los lazos de estas cuatro familias decidieron unirse en 1980 para elaborar juntos sus cavas, uniendo con ellos sus 4 heredades: Can Prats (familia Carreras) y Can Simon (familia Esteve) en Sant Llorenç d’Hortons; Can Castany (familia Masana) y Can Miquel de les Planes (familia Parera) en Gelida.