– La patronal participará este año en 26 seminarios monográficos sobre el cava en 12 Comunidades Autónomas
La Asociación de Elaboradores de Cava AECAVA impulsa, desde hace 20 años, Seminarios de Cava en las escuelas de hostelería del territorio español, reforzando año tras año las sinergias entre ambas partes. Los Seminarios, que se iniciarion en 2003, buscan promover el conocimiento del Cava y fortalecer la presencia de dicho espumoso en los centros formativos de más relevancia.
Este 2023, a través de su programa anual que va de octubre a junio, AECAVA colaborará con 26 centros de formación profesional ubicados en 12 Comunidades Autónomas: Andalucía, Aragón, Baleares, Castilla La Mancha, Castilla León, Cataluña, Comunidad de Madrid, Comunidad Valenciana, Extremadura, Galicia, Murcia y País Vasco. Además de las escuelas de hostelería, la iniciativa también cuenta con otras entidades como universidades, centros de formación profesional, asociaciones de sumilleres y grupos de cata.
Algunas escuelas destacadas que forman parte del programa son la Escuela Superior de Hostelería de Madrid, la Escuela Superior de Hostelería de Sevilla, la Escuela Superior de Hostelería de Bilbao, la Escuela de Hostelería de las Islas Baleares – EHIB, INS – Escola d’Hoteleria i Turisme de Barcelona, JOVIAT, CEBANC, la Universidad de Alicante y la Universidad de Sevilla, entre otros.
Los profesores de los centros, todos ellos poseedores del título de Formador en cava, son los encargados de impartir los seminarios. Dichos seminarios se componen de una parte teórica, centrada en explicar los origenes, el método de elaboración y las particularidades del cava; y otra práctica, consistente en una cata de diferentes cavas para explicar su diversidad y las bases del maridaje del cava con la gastronomía. Las bodegas elaboradoras de cava asociadas a la patronal son las encargadas de facilitar el cava a los centros de formación.
Este año el programa destaca por incorporar, en su contenido, la nueva normativa de la Denominación de Origen Cava, basada en una nueva zonificación, una nueva segmentación del producto y un nuevo sello de elaborador integral. Estos cambios tienen el objetivo de poner en valor el territorio, la trazabilidad y la calidad de cada botella de cava, facilitando al consumidor información sobre cada cava y poniendo en valor el trabajo de los viticultores y bodegueros.